Cómo perseguimos nuestro sueño para llegar a lo más alto
Siempre hemos tenido pasión por las alturas. Nacer en el seno de una familia montañera vasca es lo que tiene. Lo vives desde pequeño, y esto ha hecho que le dediquemos todo nuestro esfuerzo a lo que ahora es nuestra vida.
Siempre recordaremos esa primera montaña en los Pirineos. Era un 3.000 m. Allí, es la máxima altura. Iker tenía solo 5 años y yo, 8. Después llegarían los Alpes, Andes e Himalaya.
Quizás todo se lo debemos a nuestros padres. Gracias a ellos, pasamos toda nuestra infancia y adolescencia en la montaña haciendo actividad, de aquí para allá, subiendo y bajando puertos en nuestro Subaru, haciendo tantos kilómetros en carretera como a pie con tal de conseguir nuestros objetivos. Más tarde, durante nuestra juventud, trabajamos y nos sacamos las titulaciones de Guías de Montaña y Profesores de Esquí.